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3-A lo largo de tu trayectoria has sido músico en directo para Daniel Martín o Santiago Sánchez (Inhumanos), así como tu participación en bandas como Los Secretos, o Los Ronaldos…, Qué suponía para ti estar tan cerca de músicos tan grandes?

Realmente, cuando era joven y tuve la oportunidad de formar parte de ello, lo veía como un sueño muy cercano, era espectacular. Sientes que eres tan pequeño al lado de gente tan importante, que haces un valor de ello increíble. Para mí, fueron momentos completamente únicos, lo disfruté muchísimo y no me arrepiento de nada, lo volvería a hacer. Pero sí que te digo que después de verlo años después, con una trayectoria de trabajo muy extenso e intenso, hay muchas cosas que dejan muchísimo que desear, y esto es lo típico de que el tiempo pone a cada uno en su sitio. Yo siempre he sido una persona humilde, que es de dónde vengo, sin engañar a nadie, y me he considerado un músico en un círculo muy reducido a la hora de interpretar un instrumento. No soy ni mucho menos virtuoso en el aspecto de ejecutar una guitarra o un piano en una Jam Session, pero la gente que me conoce de cerca, puede decirte que cada día que me subo a un escenario, aunque sea un bar de barrio, nadie se queda indiferente. Creo y estoy convencido, de que estas cosas se consiguen exclusivamente dando amor y sin pedir nada a cambio, para mí es una forma de vida.
Ahora mismo, estoy trabajando con 47 años que tengo, en mi entorno musical. Tengo un estudio de grabación y sigo haciendo tributos en directo de artistas increíbles como son Elton John o John Lennon, Elvis Presley o música variada de 60’s, 70’s, 80’s y 90’s. Tengo a mis clientes que son músicos y artistas muy buenos, aunque anónimos, pero siempre cuentan conmigo y es lo que de verdad me emociona. Yo sé dónde estoy y quien soy, pero muchos con los que he trabajado, saben que después de 30 años ganando mucho dinero y con mucha fama, no entienden muy bien lo que han hecho con su carrera, de quién se han podido aprovechar y sobre todo ahora no tienen nada que hacer con lo que vienen arrastrando, y todo eso siempre lo he dicho, si interpretas música, haces bolos por América, Europa o en las fiestas del barrio, pero no sabes música, ¿qué vas a tener cuando ya no seas una imagen? Considero que en cualquier oficio debes de tener unas bases, la suerte no está para siempre. De ahí muchas de las cosas nos llevan a ver lo difamada que está la música en general.

4- Cuéntanos alguna anécdota interesante que te haya pasado, a lo largo de toda esa trayectoria en escenarios

Pues en los escenarios por suerte y por desgracia, he pasado muchas cosas, buenas y malas. Me quedo con todo porque cuando ha sido bueno, para mí ha sido un regalo de la vida y siempre lo llevaré en mi mano y en mi corazón, como digo en mi canción “El Camino al Hogar”, y cuando han sido malas, desde luego que me han servido para aprender y seguramente para darme cuenta de que no se pueden descuidar cosas como los ensayos y el trabajo diario, que uno no se puede relajar porque te digan que eres bueno, o quedarte mirando el brillo de las luces. Eso es lo que hace que muchas veces pierdas el norte en lo que quieres conseguir con tu trabajo. Cualquier triunfo no deja de ser algo del pasado en cuanto que parpadeas, las cosas hay que disfrutarlas pero en cuanto que vas al camerino, tienes que ser consciente de que mañana tienes que volver a demostrar lo que crees que vales. Los triunfos son efímeros, aunque sean para siempre.
Recuerdo que en las fiestas de un pueblo de Guadalajara llama “Gajanejos”, cuando subimos a cantar al escenario mis músicos y yo, la gente del público empezó a tirarnos trozos de pan y hielos de manera violenta y absurda, entonces paramos de tocar y de cantar, y les pregunté que si había algún problema con el sonido o con las canciones. Entonces vino alguien haciendo de interlocutor que me dijo que estaba todo bien, pero que allí era costumbre tratar así a los artistas, que les gustaba insultarles y les parecía que formaba parte de su fiesta y de su cultura. No sé muy bien si eso pertenece a un ámbito cultural de alguna manera, pero lo que sí que sé, es que estuvimos cantando cinco horas sufriendo esta humillación y además después no quisieron pagarnos. Fue el peor sitio donde he actuado. Sin embargo, una noche en las fiestas de “El Pardo”, que es una localidad de Madrid, de donde tengo un recuerdo muy bonito, estaban actuando unos amigos de la juventud, “Todo Vale” (un beso enorme para todos), y yo tocaba la armónica en una canción con ellos, era como un artista invitado. Pues ellos eran teloneros de una banda de 90’s llamada “El Mecánico del Swing” y el cantante que se llama Luis, le dijo a su mánager que quería hablar conmigo. Por lo que ella me dijo que Luis quería que me subiera al escenario con él y con su banda para hacer un dúo de armónicas, la canción se titula “Armónica de Blues”. Desde luego que me subí al escenario para pasar una noche inolvidable con ellos. Estas cosas siempre merecen la pena. Después, aunque yo era desconocido, estuve firmando autógrafos un buen rato, jaja. Esas cosas digamos que ya se han perdido hoy, hay que adaptarse a los tiempos.