SAÚL PEÑA, UN LUCHADOR INFATIGABLE
SAÚL PEÑA, UN LUCHADOR INFATIGABLE
La historia detrás de Saúl es todo un ejemplo de superación, así como una constante lucha frente a las adversidades de la vida. Pese a que no siempre podemos tener aquello que desde bien niños anhelamos, el tiempo acaba recompensando a aquel que, como Saúl, no ceja en su empeño de romper barreras sin autoimponerse límite alguno.
Su discapacidad pudo ser el comienzo de una frontera, pero ahora es un camino. Un camino que él se ha ido abriendo con tesón, esfuerzo y sacrificio. Su espíritu luchador le ha forjado su particular carácter de persona incansable. Actualmente se encuentra preparando unas complicadas oposiciones mientras permanece a su vez concentrado con los remeros seleccionados por la Federación Española de Remo en el Centro de Alto Rendimiento de Sevilla.
Una brutal agresión física por parte de un desconocido hace más de diez años, sin mediar palabra ni provocación alguna, dio al traste con muchos de los sueños de Saúl, cercenando radicalmente su anterior vida. Sin buscar el remover dolorosos recuerdos, pero sin poder obviar que la gente debe ser consciente de la gravedad de las acciones que cometen y que pueden conllevar funestas consecuencias para los demás ¿Qué supuso este fatídico momento para la vida de un joven de 17 años con mil proyectos e ilusiones en la vida?
Pues como bien dices, sin querer remover esos momentos, pero sin poderlo borrar de la mente, sobre todo en cada molestia o dolor que tengo a causa de las secuelas, o a la hora de entrenar no poder hacer un entrenamiento como yo lo hacía antes. Lo que más me supuso fue el aprender todo de nuevo. Yo era diestro, y digo era porque mi brazo y sobretodo la mano derecha son las secuelas que me quedaron, aparte de en las dos piernas. Tuve que aprender a lavarme, peinarme, comer, beber…. Todo con la mano izquierda. También aprender que no podía tener los objetivos que tenía, ser bombero, por ejemplo. Tuve que fijarme otros objetivos, y el número uno fue el recuperarme físicamente.brutal
Fútbol, remo… El deporte siempre ha sido para ti un elemento muy relevante en tu vida ¿Qué te ha aportado el deporte, en especial el remo, y cómo fue tu primer acercamiento a este deporte?
Resumido, el deporte y en especial el remo me dio la forma física con la que me pude mantener con vida. Según los médicos, si no llego a tener buena forma física, no abría aguantado el mes y medio que estuve en coma. O sea, creo que me dio la vida.
El acercamiento al remo fue en el barrio pesquero de Santander, con el Club de Remo Ciudad de Santander, viendo a unos amigos y compañeros de colegio salir al agua en batel. Me animé, pregunté si me podía apuntar y lo probé en 2005… y hasta hoy, jajaja
El remo te abrió una pequeña puerta, un resquicio o vía de escape, donde aferrarte y poder avanzar en tu difícil proceso de recuperación tanto físico como mental. ¿Cómo fue ese nuevo regreso al mundo del remo? ¿Con qué nuevas dificultades te encontraste y quién se implicó en echarte una mano en ese momento tan especial?
Inicié mi recuperación en el Club de Remo Ciudad de Santander, pero ya ese club dejo su actividad. Aun así, me dejaron una llave y yo iba a entrenar cuando quería.
Un tiempo después, un remero, ahora del club de Camargo, reunió muchísima gente y decidieron reflotar el Club de Remo Santander, el antiguo club rojo y blanco. Y yo, como entrenaba allí, pues decidí sumarme a ellos. Les ayudaba en todo lo que podía, incluso saliendo de patrón en la trainera, porque remar, lo que es remar, no podía… AÚN.
Una de las secuelas era dolor en la cadera, porque me chocaban los huesos de la articulación, así que me operé para intentar remar. Tiempo después conseguí poder entrenar e incluso llegué a remar en el descenso de Colindres. Aunque no fue tal y como a mí me habría gustado, pero fui feliz dando palazos al agua.
Viendo que la trainera iba ser difícil para mí, me interese por el remo paralímpico. En el Club de Remo Camargo, en 2017, me encontré con Sara, actual entrenadora en Astillero, y ella me ayudo con los entrenamientos para competir en remoergómetro. Pero yo quería estar en el agua y, tras mucho preguntar, el coordinador de la Federación Española de Remo conocía a Sorin Manole (entrenador de San Pantaleón, mi club). Desde el primer día me ayudo en todo y así pude cumplir otro objetivo, remar en el agua. Hacer lo que te gusta es lo mejor para no pensar en los males que tienes.
¿Es complicado encontrar gente y clubes que apuesten por la inclusión, que empaticen con la situación de otros a quienes la vida no se lo está poniendo tan fácil?
Sí, si es complicado encontrar un club y que su gente te ayude como a mí. En mi caso, con los entrenamientos, pero sobre todo a la hora de remar en el agua, con los barcos, remos, medidas de todo ello para ir lo más cómodo posible, salir del agua y modificar para el siguiente día ir mejor hasta encontrar la medida buena. Tener compañeros que sin ningún tipo de discapacidad se suban contigo en el barco sin pensar en los problemas que pueda haber. Todo eso me ha costado, pero al menos lo encontré en el Club de Remo San Pantaleón.
Hoy en día nos bombardean en los medios con bonitas frases sobre una sociedad más igualitaria, sobre una mayor integración social, con mayores y mejores medios para aquellos que más lo necesitan. Tú lo estás viviendo en primera persona ¿A qué dificultades se tiene que enfrentar día a día Saúl, en lo personal, en lo laboral, en lo deportivo?
Sí, las frases bonitas siempre quedan bien, pero lo que de verdad ayuda es que las hagan realidad. Yo por suerte, en mí día a día, puedo valerme por mi mismo en lo personal.
En lo laboral, cuesta encontrar trabajo sin que sea una organización exclusiva para gente con discapacidad, pero hoy en día, según estamos, yo ya no sé, si es por no dar el perfil adecuado, por mi discapacidad o porque hay mucha gente para pocos trabajos.
En lo deportivo, la primera dificultad es luchar contra mi propio cuerpo cuando dice “no puedes hacer esto”, pero la cabeza dice, “sí lo vas hacer”, y el cuerpo no responde. Esa es la mayor guerra que tengo.
Respecto a la Federación Cántabra, yo ni siquiera he recibido una llamada cuando he sido convocado con la Selección Española, para dar la enhorabuena o algo…. Nada. Y ayuda económica para material o desplazamientos o para cualquier otra cosa relacionada con mi deporte, nunca recibí nada.
Mucha gente en una situación similar a la tuya se viene abajo y pierde la ilusión por seguir luchando ¿Qué les dirías para motivarlos?
Les entiendo que se puedan venir abajo. Hay días en los que no te apetece hacer nada, por las dificultades que hay en nuestro cuerpo y mente. A mí me ha pasado, pero al día siguiente, o en ese momento, yo pienso que si te quedas lamentándote es un tiempo que estás perdiendo y que ya no volverá.
Yo les diría que se animen y hagan su día normal, como si todo fuera bien. Que los días que más cuesta son los que más valen, e insistan en superar las limitaciones que cada uno tenga, con ayuda y compañeros es mucho más fácil.
Las competiciones abiertas al deporte adaptado están cogiendo cada vez más auge, incluso a nivel internacional ¿Qué nos falta para que la integración sea plena, tanto a nivel de competición como en lo que se refiere a las posibilidades para entrenar?
Internacionalmente hay mucho nivel, me refiero a remeros, material, medios técnicos. En una concentración en Sevilla, estaba el equipo paralímpico alemán. Verles el barco lleno de antenas y cables de telemetría (como un Fórmula 1), para ver donde pueden mejorar en cada palada, me impactó. Si se invierte, siempre se mejorará, aunque sea un poco, aunque lo que más influya sean los entrenamientos nuestros.
El remo paralímpico español, digamos que aún está empezando, pero mis tres compañeros de barco, ya fueron a los Juegos Paralímpicos en Tokio. Ellos tres, junto conmigo, vamos a intentar ir al máximo para estar en 2024 en París.
Te estás preparando duramente para unas oposiciones de celador para el Servicio de Salud de Cantabria, pero también lo debes compaginar con tu intensa preparación deportiva ¿Cómo es el día a día de Saúl? ¿Cómo te organizas y qué es lo que más te motiva para seguir con esta intensa actividad?
Bueno, creo que lo principal es tener unos horarios bien marcados y poder seguir una rutina, hasta con los paseos de mi perro.
Resècto a los entrenamientos, yo soy de Santander e ir hasta mi club son unos 30 minutos entre ir y volver, eso me lo ahorro porque los días que son de gimnasio entreno cerca de mi casa. Por otra parte, con los estudios aprovecho cualquier momento para sacar el ordenador o los apuntes para hacer algún test y leer poco a poco el temario. Todos los días un poco. También a eso hay que añadir cuando he trabajado, o realice prácticas de celador, aún más justo todo.
La motivación es pensar en los objetivos, como tener la posibilidad de ir a unos Juegos Paralímpicos, o con la oposición, tener un trabajo asegurado para toda la vida
¿Qué sensaciones tienes en el agua, en los entrenamientos, cuando estás concentrado en hacer lo que más te gusta y tú eres el que tiene el control absoluto de la situación?
Pasar del banco fijo al banco móvil, tiene su dificultad, porque para nada es igual la técnica. Tanto en batel, trainera o banco móvil, disfruto igual porque, como dices, estoy haciendo lo que me gusta. Días buenos y días malos respecto a sensaciones, esos los tenemos todos. Pero yo pienso que, cuando sale bien, a disfrutar, y cuando sale mal, a mejorar y aprender.
Skiff o remo en equipo ¿Cuál de las dos prefieres y en qué modalidad te ves con más opciones?
Yo prefiero el remo en equipo, con la Selección Española me estoy preparando en el cuatro con timonel. Me gusta también más, ir con un solo remo que con dos.
Ahora mismo, remo adaptado o paralímpico internacional, solo hay dos posibles barcos con los que remar, el doble scull y el cuatro con timonel. El skiff lo quitaron porque juntaron dos categorías en una, discapacitados físicos y visuales. Y claro, uno con deficiencia visual o ciego no puede ir solo en un skiff.
En España es diferente, al juntar físicos y visuales para las pruebas nacionales el único barco en el que puedo remar es el doble scull mixto, y representando a mi club, no a España.
Además, en mi caso, en el Campeonato Europeo de Múnich 2022, pasé una clasificación internacional médica para determinar la categoría en la que puedo remar a nivel internacional y, según vieron los médicos clasificadores, a mí solo me permiten remar en cuatro con timonel, quedando descartado para el doble scull. O sea, que mis opciones pasan porque el barco que estamos preparando, y único en el que puedo participar internacionalmente, funcione bien.
Pese a las limitaciones derivadas de tu discapacidad, subirte a una trainera no ha sido impedimento alguno. ¿Cómo fue esa inolvidable experiencia?
A la hora de querer volver a remar, aunque fuera solo una regata o un entrenamiento, nunca pensé en mi discapacidad, quería volver a subirme a una y lo conseguí. El volver a estar dentro de una trainera, con 13 compañeros más, me hizo recordar cuando solo tenía 16 años siendo cadete. Íbamos cadetes, juveniles y senior mezclados, con la trainera de Santander a regatas de verano, yo era el popa por estribor.
¿Tienes algún amuleto, alguna manía o costumbre antes de competir que te ayude a concentrarte o qué te de suerte?
No, ahora no tengo amuletos. Antes si que tenía, cuando era cadete. No eran amuletos en sí mismo, más bien costumbres o manías, en todo caso. Tenía que llevar siempre el mismo reloj en la muñeca izquierda, y dos pulseras de goma o silicona en la muñeca derecha. Ahora, la única manía así es que, antes de subirme al barco, me gusta estar un rato sólo, sin distracciones.
¿Recomendarías el remo a otras personas que se encuentran en circunstancias similares a la tuya? ¿Qué crees que les podría aportar?
Por supuesto que sí, a todo el mundo que quiera. Pero a gente en mi situación les diría además que seguramente mejorarán físicamente, corregirán posturalmente, y se sentirán mejor. También les aportaría en el tema mental, relacionarse con gente que tiene tus mismos o parecidos problemas ayuda mucho a superar esas situaciones.
Permaneces concentrado con el equipo nacional, esto ya de por sí es un gran premio ¿Hasta dónde quieres llegar? ¿Cuáles son tus metas deportivas a corto o medio plazo?
Estar ya representando a tu país es un gran premio. Quiero llegar a París en 2024, sería un sueño remar unas Olimpiadas. La meta a corto plazo, porque no tengo más tiempo, es preparar las regatas internacionales para, en septiembre, afrontar la clasificatoria de los Juegos Paralímpicos de 2024. Esa es mi gran meta.
¿Qué momento conservas con especial recuerdo de todo lo que has vivido estos años dentro del mundo del remo?
La primera vez que me llamaron para ser convocado por la Selección Española, en diciembre de 2021. Trabajaba en la ONCE con la venta de cupones y estaba atendiendo a un cliente en una frutería.
Otro momento fue cuando logré la medalla de plata en el campeonato de España de remoergómetro, tras una gran remontada.
Y luego están las buenas personas que conoces, compañeros, rivales, entrenadores, etc.
Si te ha gustado esta entrevista seguro que te gustará la que hicimos a la remera santurtziarra Izaskun Etxaniz o a Israel Bolado «Pelos», Director de la Escuela de Remo del Club Astillero.
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