¿Qué es la Música?
¿Qué es la Música?
Esta pregunta, supongo que nos la hemos hecho todos alguna vez, al menos todos los melómanos, y lo que nos lleva a pensar en la respuesta es algo bastante incierto.
No lo es en el lado teórico y físico de la materia, pero aparte de ser un conjunto de notas progresivas, determinadas por frecuencias (Hz) que forman los sonidos, distribuidos en un medio acuoso como es el nuestro y con diferentes alturas, ordenadas de manera sucesiva y/o simultánea, consiguiendo diferentes colores y que junto con los matices (agógica y dinámica), se llegan a producir distintas sensaciones y emociones, creo que la música es algo muchísimo más amplio en nuestro mundo y en nuestras vidas.
Los sonidos en sí, se pueden considerar música, bien consiguiendo transmitir algo o para una finalidad concreta en la relación con las cosas y con las personas, animales y el medio en general.
El ser vivo, cuando ha desarrollado el sentido del oído, siempre ha tratado de comunicarse con el exterior a través de sonidos identificativos, bien producidos con objetos, con el propio cuerpo o con la boca; golpeando, frotando o soplando, por eso los sonidos transmiten sensaciones.
Así mismo, los animales se identifican con sonidos característicos, para cazar, para alertar, para marcar un territorio, aparearse… El ser humano, como un animal más y a diferencia del resto, ha conseguido llevar todas esas facetas sonoras a que tengan una forma determinada.
Desde que el homínido evolucionó para poder comunicarse con el habla, todo en su rutina y en su día a día, ha sido por este medio, acompañado de silbidos, respiración y otros elementos percusivos, con las palmas de las manos, con los dedos y con distintos objetos.
Con el paso de los años y sin conocer la teoría, o sea, de manera natural, los sonidos y frecuencias se han ido desarrollando en objetos construidos con huesos, pieles, piedra, madera, cobre, bronce y hierro, por supuesto, con los avances tecnológicos, se han conseguido aleaciones diferentes con estas combinaciones llegando a perfeccionar el sonido de tal manera, en algo bello y pulcro.
Todas las culturas, han sido capaces de desarrollar distintos instrumentos necesarios para producir el sonido que les ha diferenciado de las demás, por eso, la música es uno de los principales bastiones de cada sociedad, en la historia de la humanidad.
En cada parte del planeta, se han creado incontables instrumentos de percusión, cuando en la antigüedad, las distintas civilizaciones no conocían más que su propio entorno, sin sospechar lo más mínimo, de que una civilización de lo que hoy es Oriente Medio, supiera de la existencia de otra en América del Norte.
Más tarde, con la aparición de otros instrumentos más complejos como son los de viento, ha ocurrido exactamente lo mismo, que sin conocerse los diferentes pueblos, tanto en distancia como en cronología, las coincidencias en los sonidos y en las escalas musicales, han sido similares e incluso idénticas. Esa es la principal fuente de riqueza en la cultura musical en general.
En esencia, la música ha sido utilizada para todo tipo de actos o acontecimientos, a través de los siglos. Desde una batalla campal, hasta en enlace matrimonial. Desde la coronación de un soberano, hasta la inauguración de un Mundial de Fútbol.
Desde una Misa Gregoriana, hasta el entierro de un difunto… Siempre ha sido el ornamento más básico en todas las tradiciones que hemos datado como seres humanos. Hemos sido capaces de coincidir en cosas que podemos hacer ahora mismo y que se hacían hace 4.000 años, como por ejemplo, una Danza Zulú en un poblado africano hace siglos y estar acompañado de varios amigos tocando una guitarra acústica frente a una hoguera en una noche de verano. El momento siempre ha sido vestido con notas musicales.
Es cuando llegó Pitágoras y quiso explicar al mundo, el porqué de la teoría musical con su famoso monocordio. Desde el principio, hasta nuestros días, creo que los acontecimientos más importantes respecto a la teoría y a la forma musical, son dos: el primero, fue el establecimiento y estudio de los intervalos musicales, sus afinaciones y las matemáticas aplicadas a la música, de Pitágoras (S.V ac).
El segundo, vendría más tarde con el temperamento musical y su sistema de afinación justo, bien desarrollado por Johann Sebastian Bach en su obra compuesta de dos partes “El clave bien temperado” (1722 y 1744). Bach es considerado el gran maestro del contrapunto y del temperamento musical. Podríamos mencionar, también, el estándar de afinación 440 Hz en el siglo XX (1955), pero los dos primeros son los más relevantes para llegar a este tercero.
Podríamos decir que los padres de la armonía musical, son Pitágoras y Bach, de lo que escribiré de manera más extensa, más adelante.
Desde la edad media hasta principios del S.XX, la música tenía una identidad única, las bandas y orquestas iban incrementando componentes de todo tipo, con el paso de diferentes épocas.
Ya estaban coordinando en conjunto las cuatro familias de instrumentos musicales que existen: la percusión, el viento, la cuerda y la coral. Esa identidad, era exclusivamente de carácter religioso y, hasta que las clases y las sociedades empezaron a estar menos diferenciadas, no se pudo llevar a otros temas. Se puede decir que entonces la música solamente era de carácter divino.
Que la música era de Dios y para Dios.
Con la llegada de la música al S.XX, todo cambió. Surgieron distintos movimientos y estilos diferenciados, con música más vocal y con instrumentos modernizados, originarios de varias culturas. Es donde aparecieron las guitarras, contrabajos, pianos e instrumentos de percusión consolidados, como son las baterías o conjuntos de congas, bongos y cajones, en la música latina.
Con las diferentes ramas musicales en la música moderna, se establecieron los estilos que todavía hoy se siguen fusionando y creando nuevas corrientes culturales, desde el Jazz, pasando por el Blues, Rock’n’Roll, Beat, Pop, Bossa, Reggae y todo un larguísimo etcétera de mezclas variadas sin fin. La llegada de nuevas tecnologías, también ha creado sonidos y ambientes nuevos, disparados por computadoras, procesadores e inteligencia artificial, en los que la manera de llegar a las personas ya es imparable.
Lo único que no cambia, una vez más, es la adaptación de la propia música a todos los cambios en la humanidad. La música siempre se ha dejado llevar y jamás nos ha pedido nada a cambio. Es moldeable, ajustable y no entiende de diferencias sociales, políticas, religiosas ni de credo. No la maltratemos y cuidemos siempre de ella, pues forma parte de nosotros, de todos…
Cada uno podemos ver y sentir la música como queramos hacerlo, es de las pocas cosas en las que podemos ser completamente libres, la idiosincrasia de ser ella misma, es lo que nos permite hacerlo.
No sé qué es la música, ni creo que haya una respuesta definitiva, una definición en concreto, en el modo más espiritual de su forma, pero para mí, como digo en mi libro de poemas y canciones “Fragmentos”: la Música, es el Arte que nos abraza y nos une haciendo de lo humano eterno.
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