Yvan J. Honorat/Lay. La mayor sensación de logro
Texto: Jack Scala
El franco-canadiense Yvan Honorat/Lay se ha trasladado recientemente a Alicante, España.
En los últimos meses ha vuelto a entrenar con su embarcación, formando un equipo que ha participado en los Campeonatos de Europa de 2023 en Munich y en la regata internacional de másteres (veteranos) de Sevilla. Aunque considera que remar en España es complicado por las olas y el viento, este remero de 61 años no es nuevo en este deporte.
De madre francesa y padre canadiense, Yvan J. empezó a remar a los 8 años como timonel. Desde entonces, nunca ha dejado de hacerlo y poco a poco se ha consolidado en este deporte, tanto como remero como entrenador nacional.
¿Cuál es su historia en el remo?
La primera vez que pisé un bote de remos tenía 8 años. No había planes, sólo quería alejarme del patio del colegio porque no quería pasarme una hora jugando con un palo de hockey y unos patines en los pies. Llegué por casualidad frente al club de remo de donde vivía (Canadá) y así empezó todo. Al día siguiente me subí a un bote para aprender a ser timonel y los fundamentos del remo (gracias a Jeannine, mi entrenadora de entonces). Nunca he dejado este deporte, desde cadete hasta senior y Masters (veterano) hoy en día, este deporte me lo ha dado todo.
Mis mayores alegrías (Juegos Olímpicos 1996 Equipo Canadá en 4 y Atenas en 2004), así como mis más tristes (descalificación con mi pareja de dobles (2x) en los Campeonatos del Mundo).
En todas las regatas en las que he tenido la suerte de ser seleccionado -los campeonatos del mundo, los Juegos Panamericanos, los Juegos Asiáticos, los Juegos de la Francofonía, los Euro Juegos, etc.- he seguido el ejemplo de los remeros de éxito y de entrenadores como Karol Sauvé (mi maestro de toda la vida) y he intentado tomar un poco de todos y añadirles mi propio sabor.
‘Así fue como decidí que era mi turno de aportar mi experiencia a la siguiente generación, por lo que aprobé mi examen de entrenador de nivel 4. Desde entonces, he tenido la alegría y la felicidad de ser el primer entrenador nacional de Palestina. En aquel momento, ni un solo entrenador quería ocupar este puesto (demasiado político), ni siquiera la FISA quería implicarse. Entrené a un atleta durante dos años, sólo para que fuera excluido de los Juegos Olímpicos a petición de un país que se negaba a permitirle competir.
Seguí entrenando a atletas de alto nivel en diferentes paises (Vietnam, Canadá, Senegal, Austria, etc.) y luego la vida me trajo aquí, a Alicante. Tengo la suerte de seguir entrenando intensamente, para poder mantenerme en el más alto nivel, y hace unos días me nombraron entrenador del Club Puerto Alicante. Gracias a David Hermoso, Presidente del club Puerto Alicante de remo, por darme la oportunidad de entrenar en su club. Es un honor.
¿Cómo han influido en su manera de entrenar sus experiencias como remero de competición?
Me he mojado los pies entrenando a todos los niveles. Después de remar en Montreal, decidí muy pronto que quería ir a los Juegos Olímpicos. Después de graduarme, no era lo bastante rápido, así que hice lo que hacen todos los deportistas: entrenar más y más.
Entrenaba por la mañana, por la noche, los fines de semana y las vacaciones. Nunca paraba.
Esta intensidad de entrenamiento le quita años a tu cuerpo. Después de unos quince años, tienes que planificar y pasar a otras cosas, como entrenar, si todavía tienes el «fuego» dentro de ti y la pasión por la enseñanza. Además, mi experiencia como remero de competición me ha permitido entrenar con excelentes entrenadores de todo Canadá, Australia y algunos meses en Estados Unidos. He entrenado con tres entrenadores olímpicos y docenas de entrenadores universitarios.
Tengo 188 campeonatos nacionales en todas las categorías y modalidades, 29 campeonatos internacionales, 5 masters mundiales y dos Juegos Olímpicos. Creo que he aprendido ciertas cosas de cada entrenador y ahora puedo transmitírselas a mis alumnos.
¿Tiene mentores o héroes como entrenador?
Me fijo en entrenadores de éxito como Dick Tonks (seleccionador de remo de Nueva Zelanda) e intento tomar un poco de cada uno y añadirle mi propia personalidad. Es un tipo con el que puedo hablar de tú a tú y preguntarle cualquier cosa.
Y luego está mi mentor, mi entrenador de toda la vida, a quien mis compañeros y yo le debemos la medalla olímpica. Karol Sauvé. Me entrenó en el Club de Remo de Montreal antes de los Juegos Olímpicos de 1996. Tenía un ojo técnico para las cosas que no van bien en un bote largo. Aprendí mucho sobre mi cuerpo y siempre tenía más combustible en el depósito para esforzarme más. Entrenar con Karol Sauve me dio las habilidades y la mentalidad necesarias para competir con los mejores remeros del mundo.
¿Cuál es su recuerdo más importante como seleccionador nacional?
Ser el primer seleccionador oficial de Palestina fue una revelación para mí.
Ese puesto me abrió muchas puertas después. Tuve mucha suerte de poder viajar a petición de federaciones de remo que buscaban a alguien que pudiera ayudarles, a menudo a pesar de tener pocos recursos económicos, lo que más tarde se convirtió en un puesto de seleccionador nacional.
Pero después de África, Oriente Medio, Norteamérica y Europa, vino Vietnam. Es un gran e importante recuerdo. Llegué a Vietnam sin buscar nada. Sólo quería remar para mantenerme en forma. Conocí al señor Nguyen, el presidente del club de remo Ho Tay, en el lago del Oeste. Conectamos enseguida. Teníamos la misma visión del mundo del remo. Tuve una suerte increíble de conocer a este hombre extraordinario. Me preguntó si quería entrenar en el Centro Nacional de Remo de Vietnam. Mi respuesta fue un sí inmediato. Sin embargo, en este país todo era un reto, empezando por el idioma. Así que me convertí en un experto en gestos corporales y mímica de remo. Tenía que encontrar gestos y expresiones para todo lo que explicaba. También tuve que lidiar con la administración vietnamita; no olvidemos que estábamos en un país comunista y los resultados son lo más importante.
Las medallas forman parte del orgullo del país. Tuve 8 meses para crear un 4x femenino y que ganase en los Juegos Asiáticos. Fue duro, complicado, angustioso, agotador y estresante, pero al final consiguieron la medalla de oro. Podría seguir y seguir, este país ha sido un descubrimiento a todos los niveles. Tuve que replantearme completamente mi forma de ver las cosas, de entrenar y de enseñar, para poder integrarme en el mundo del remo vietnamita.
Como seleccionador nacional, ¿qué es lo más difícil de entrenar a un atleta?
Lo primero que busco en un atleta de alto nivel es su capacidad para escuchar y adaptarse. No es tan fácil como podría pensarse, sobre todo cuando un atleta lleva años entrenándose con otro entrenador. Busco las razones por las que el cambio es necesario y necesito que los atletas hagan lo mismo. Luego hacemos los cambios técnicos específicos para cada remero.
Lo que he aprendido entrenando en diferentes niveles es que tienes que conocer a tus atletas, saber lo que quieren. Cada nivel tiene sus propios objetivos. Hay que entrenar en función de sus objetivos. Meter a todos los remeros de alto nivel en el mismo saco no funciona. Incluso en una embarcación larga, cada uno tiene su propia manera de interactuar con la embarcación, la velocidad y sus compañeros. Luego intentamos mejorar la eficacia de la palada.
Muchos de los deportistas aceptan los cambios que les hago, también les gusta probar cosas nuevas. También utilizo vídeos para mostrarles lo que quiero decir. Eso les da más apoyo.
Pero lo que siempre espero de mis remeros, sea cual sea su nivel, es el feedback después del entrenamiento, que es muy gratificante para mí.
¿Qué consejo le daría a otro entrenador?
Si entrenas a un deportista experimentado y tienes que hacer cambios técnicos en el recorrido de su palada, puede ser difícil. Si no estás seguro, pregunta a otros entrenadores.
Compartir conocimientos es importante y se puede hacer lo mismo de diferentes maneras. Si preguntas y aprendes, serás mejor entrenador. Hacer preguntas no es un signo de debilidad, es parte del reto que estás asumiendo y creo que merece la pena recordar que no habrías conseguido el trabajo si no estuvieras a la altura. Esté abierto a las sugerencias de otros entrenadores, porque nadie lo sabe todo.
La gran pregunta: un deportista con semejante palmarés y un entrenador de tu nivel, ¿qué te motivó para aceptar entrenar en el club Puerto Alicante?
Lo que me motiva en primer lugar es ver hasta dónde puedo llegar y asumir nuevos retos, como poner en marcha una sección de remo en el club Puerto Alicante. Mi objetivo definitivo es poner a este club en el camino de las regatas nacionales e internacionales en los próximos meses.
Lo que también me empuja un poco más es crear un equipo unido de remeros en la categoría Máster (veteranos). Esta categoría se sigue descuidando demasiado aquí en España, reduciéndose el número de embarcaciones en la línea de salida y eliminándose regatas (individuales o dobles) para dejar más tiempo a los juveniles o seniors. Creo firmemente que el futuro del remo está en la sección Máster (veteranos), una categoría cada vez más importante en todas las federaciones internacionales.
España tiene que subirse al carro. Los masters (veteranos) todavía pueden conseguir grandes cosas, pero los clubes tienen que darles la oportunidad de entrenar en buenas condiciones.
Tienen que dejar de darnos los peores barcos, los horarios más incómodos, entrenar sin entrenador y que los jóvenes piensen que no servimos para nada en un club. No quiero ver este tipo de cosas entre mis remeros y tripulaciones del club Puerto Alicante. Después de esto, voy a concentrarme en estar aún más disponible para este grupo Máster (veterano) y darle todas las oportunidades de hacerse un nombre. Por supuesto, estoy impaciente por ver qué más puedo conseguir y si aún conservo el saber hacer que me ha convertido en el entrenador que soy hoy. Para mí, todo es progreso, avance y siempre un reto.
Entrevista realizada por Jack Scala.
Fotos cedidas.
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