JULIA MARTÍN, REMERA DE LOS TIBURONES DE PEDREGALEJO
JULIA MARTÍN, REMERA DE LOS TIBURONES DE PEDREGALEJO
“Cuando salimos a remar, aquí todos somos iguales… somos un único equipo”
Julia lleva escasos dos años inmersa en el mundillo del remo, desde aquel curso de iniciación
que durante la pandemia se animó a realizar con los que actualmente ya son como su otra
familia, el Club de Remo y Pala de Pedregalejo, un club de un conocido barrio malagueño
donde el ambiente pesquero y marinero se respira por todos sus rincones.
Cuéntanos, Julia ¿Cómo y cuándo fue tu primer acercamiento al deporte del remo?
Bueno, realmente siempre he tenido una cierta curiosidad por este deporte. Desde pequeña
ya me llamaba mucho la atención el ver llegar a la costa a los sufridos marineros que, por
aquel entonces, todavía usaban estas embarcaciones para dedicarse al arte pesquero de la
jábega como modo de subsistencia, algo que desapareció en los años setenta por las
limitaciones impuestas por la administración a este tipo de pesca tradicional.
También había visto varias competiciones de jábegas, ya en una época más reciente, pero siempre me pareció un deporte un poco de “vikingos”, de gente ruda de mar y algo alejado de mis aficiones deportivas, que siempre habían sido de carácter más individual, como la bici, montaña, kayak,
etc.
En la pandemia me animé con un curso de iniciación del Club Pedregalejo, uno de los
pioneros en rescatar este tipo de embarcaciones tradicionales para competir y, a partir de ahí, se ha convertido en mi principal afición.
Los compromisos familiares y laborales son complicados de compaginar con este deporte
¿cómo te organizas para efectuar los entrenamientos, participar en las competiciones y, aun así sacar tiempo para ti y tu vida personal?
Realmente no es excesivamente complicado si te planificas bien, aunque algo de sacrificio personal siempre existe. El club nos pone todas las facilidades posibles para poder efectuar los entrenamientos programados en tierra, con el ergo o de potencia, y lo demás es cuestión de ser un poco autodisciplinado.
Para salir al agua ya dependes del resto de tus compañeros, pero son dos jornadas semanales de agua que suelen ser más fáciles de programar. En competición,
durante el verano, siempre procuramos darnos relevo entre los diferentes componentes de la
tripulación para que todos tengamos un tiempo para estar con la familia en esas fechas
¿Qué aporta a tu vida el remo para que te haya enganchado tan fácilmente?
La verdad es que es un cúmulo de cosas, aparte de lo deportivo, pues siempre el deporte y las actividades al aire libre han sido unas facetas muy importantes en mi vida.
Subirte a una jábega con personas de distinta condición social, empleo, etc., algunos de ellos que incluso acabas de conocer hace nada, para formar una piña en la que lo único que nos preocupa en
ese momento es “remar todos a una”, ser equipo y luchar con un mismo objetivo, es algo muy especial para mí e indescriptible.
También ese ratito de ocio que echamos en el bar, después de un duro entrenamiento o competición, compartiendo impresiones y demás, en verdadera camaradería, es un momento muy especial.
¿Has tenido algún momento duro o complicado en estos dos años subida a una jábega?
Quizás una regata disputada en Torremolinos esta temporada, con muy mala mar, que aquí el Mediterráneo también sabe sacar su fuerza de vez en cuando, ha podido ser la experiencia en la que peor lo pasé yo y muchos otros jabegotes (que es la denominación de los remeros de la jábega).
Se nos hacía incluso imposible llegar a la orilla con el oleaje y el fuerte viento. Algunos tuvieron que saltar por la borda para intentar llegar a nado. Gracias a la estupenda labor de los organizadores y los servicios de rescate allí apostados para cubrir el evento la cosa quedó en un gran susto para todos.
Por el contrario, seguro que habrás disfrutado de buenas experiencias que guardar en el baúl de los recuerdos ¿no?
Cada día es especial junto a mis compañeros y compañeras. Todos ellos tienen algo emotivo
que llevarte contigo, sea un entrenamiento o un día de competición. Ese atardecer en medio del mar, esa clasificatoria lograda in extremis, son muchos los momentos especiales.
Pero esta temporada hemos vivido algo muy grande para nosotras como equipo femenino. En primer lugar, hemos superado con éxito todas las regatas clasificatorias de la Liga. Y, por otro lado, conseguimos superar al equipo líder de nuestra categoría en su propia casa, a nuestras rivales del Club “La Araña”.
Han sido el equipo a batir durante toda la Liga pero, esa victoria, nos supuso un subidón de ánimo enorme, máxime cuando ves que compites con otro equipo
femenino en que la diferencia de edad media es algo muy considerable.
Aquí se compite en la categoría femenina sin distinciones por edad y eso pesa en los resultados finales de algunas regatas. Es algo increíble ver como mujeres de cierta edad, digamos que, con veteranía ya a sus espaldas, andan muy parejas en tiempos con chicas que desbordan frescura y juventud por todos lados.
La edad tampoco es ningún hándicap para poder pelear por la victoria en el agua, ni tampoco el ser mujer supone un impedimento para practicar este o cualquier otro deporte que, a priori, tiene esa cierta imagen de dureza.
De hecho, desde hace tiempo han comenzado a practicar el remo grupos de mujeres que han pasado por el complicado trance de esa terrible enfermedad como es el cáncer de mama, ya que los especialistas se lo recomiendan como terapia para recuperar o reforzar las zonas afectadas tras las intervenciones.
¿Qué nuevos retos te planteas en un futuro cercano?
Ahora estamos empezando a probar también con el llaut mediterráneo, un tipo de
embarcación mucho más ligera.
Ten en cuenta que hablamos de botes de tan solo 150 kg y de fibra (los plásticos les apodamos aquí cariñosamente) que, comparados con los más de 500 de una jábega artesanal de madera, no tienen casi ningún parecido entre ellas.
A todo eso también hay que sumar la gran diferencia en el peso y materiales de los propios remos.
Es otro tipo de remada pero que resulta una experiencia muy interesante también. El pasado año ya tuvimos nuestro debut en aguas de La Línea gracias a la colaboración de la Federación que nos prestó una de sus embarcaciones.
Aún estamos muy lejos de otros clubes punteros en esta especialidad, como el RC Mediterráneo, pero aspiramos a ir mejorando poco a poco
Y para despedirnos ¿qué es lo que más te ha sorprendido de este deporte tras esta primera
experiencia?
Hay un par de cosas que me han llamado mucho la atención. Una, es la gran diversidad de
gente que practica este deporte y que está ahí compitiendo. Aquí nos mezclamos arquitectos
con enfermeras, amas de casa con hombres de la mar, etc.
Es una mezcla muy heterogénea en la que no hay distinciones, ni clases ni categorías a la hora de subir a remar en una embarcación. Por otro lado, me ha sorprendido la cantidad de mujeres que forman parte de esta gran familia, desde jovencitas cursando aún estudios hasta madres ya entraditas en años.
pero ninguna se echa para atrás a la hora de agarrar el remo.
Bueno Julia, ha sido todo un placer compartir este rato contigo. Mucho ánimo y suerte con esta nueva aventura.
A vosotros. Espero que deis a conocer un poco más este mundo de las jábegas repleto de
curiosidades que, a buen seguro, a muchos les encantará conocer
Si te ha gustado esta entrevista seguro que te gustara leer la que la hicimos a Arrate Maruri, remera en Sestao veteranos o la que la hicimos Alba Meis, remera en la tripulación gallega de Chapela.