La Música del Corazón
La Música del Corazón
Me gustaría poder expresar con palabras lo que puedo llegar a sentir cuando una canción forma parte de un momento especial en mi vida o que representa a una persona que la hace eterna e inolvidable. No creo que pueda resolverlo en esta columna, de hecho, no creo que pueda hacerlo nunca de manera completa, pero sí que me gustaría aproximarme y compartirlo con todos vosotros. La música, también tiene esa cualidad de hacer que algo o alguien, sea diferente al resto de nuestras cosas o personas que nos acompañan en nuestra vida social.
Siempre que nos acordamos de una persona, porque suena una canción en concreto, es porque nos identificamos, bien con la letra de la canción o bien por la sintonía que la forma. Hablando desde mi perspectiva, puedo decir que, a mí, me ha ocurrido de las dos maneras. Simplemente una melodía, un sonido característico de un instrumento o la parte lírica de la canción, me han llevado a poder determinar, que esa canción pertenece a una persona y la he guardado en mi corazón, en mi memoria…
Me parece que es algo muy importante, caracterizar en nuestro fichero del alma, la sensación que nos produce un tema musical, en conjunto con la persona que la representa, en nuestra idea conceptual, también es fundamental, el momento en el que ocurre. El entorno, un lugar que nos motiva por algo, otras sensaciones que llevamos en el estado de ánimo…
Los seres vivos, siempre buscamos esa manera de encontrar el camino y saber diferenciar las cosas importantes, para con la supervivencia de las especies, por lo que para mí, es algo natural en la vida. La forma es subjetiva y el pensamiento, es algo que no se puede más que describir con gestos y palabras, pero es algo que se rige en común y más, en las especies con notable capacidad de inteligencia. Es determinante, el hecho de asociar un color en el pensamiento, para conocer del peligro de algo, marcar un territorio, para saber dónde se puede obtener alimento o caza, el hecho de crear un símbolo o un signo iconográfico, para diferenciar una civilización de otra; las aves o los mamíferos, establecen todas sus costumbres cotidianas, a través de un sonido emitido y recibido. Podemos decir que la percepción a través de la música, es otro tipo de lenguaje y éste, es universal.
Quiero contar, que en mi experiencia, las canciones que he podido dedicar a otras personas, han sido únicas e inolvidables. Han sido canciones de otros artistas y también de mi propia composición. No es lo mismo desde ese punto de vista, ya que una canción que escuchas de otra persona, la tienes que adaptar a tu idea global, al recuerdo de quien enalteces. Sin embargo, una canción que nace de tu puño y letra, de las cuerdas de tu guitarra o de las teclas de tu piano, la vistes completamente de sentimientos que son originales. He ahí, la expresión más pura que puede surgir desde dentro de nuestro ser. De todas formas, a mí me da siempre por identificar a una persona especial con una canción de un artista ajeno y también con una canción mía personal, pienso que así es más completo y me deja más satisfecho.
Aprovechando que el domingo pasado, fue el día del padre, hago referencia las canciones que recuerdo haber puesto a mis hijos, como suyas. Recuerdo el momento en que nacieron, mi hija Michelle y mi hijo Aarón Elvis, como no hacerlo… Para Michelle, me quedé con “Eternal Flame”, la maravillosa canción de The Bangles, escrita e interpretada por la famosa banda de mujeres, encabezada por Susanna Hoffs. Para Aarón Elvis, quise dedicar “New Kid in Town”, la preciosa canción de Eagles, creo que no hay que presentar a esta banda de rock de genios inolvidable…
También escribí para Michelle, la primera canción que hice a alguien de mi sangre, se llama “Sin Ti”, nunca la he publicado, pero algún día seguro que lo haré. Para Aarón Elvis, escribí “Soñador”, una balada de rock con una letra intensa y profunda.
Ellos dos, fueron las personas más importantes para las que he dedicado y escrito una canción, junto con las dos últimas canciones que he compuesto y escrito, para el amor de mi vida: “Sweetest Eyes” y “Close to Happiness”. La primera, la publiqué el 16 de enero de este mismo año y la segunda estoy a punto de publicarla, las dos forman parte de una misma historia y cierran un ciclo, con un cuento muy bonito y real. Estas dos canciones, vienen del recuerdo de lo que empecé a sentir por esta mujer tan especial cuando la vi por primera vez, me vino a la memoria “Your Song”, de Elton John, y “Time After Time”, de Cyndi Lauper.
Son las tres personas que más han influenciado en mi corazón, para llegar a tener todo esto. Es por eso, que la música del corazón, es algo que deberíamos tener muy en cuenta y darle la importancia que merece, así como un libro de fotos, una carta de amor, una prenda de ropa de alguien o el recuerdo de una ciudad que hayamos visitado. Si no consideramos todas estas cosas, como fundamentales en nuestras vidas, pregunto: ¿para qué estamos aquí?
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