Arturo Chávez Olivarría, el eterno enamorado
Arturo Chávez Olivarría, el eterno enamorado
Unico e inquebrantable, así fue el amor que Arturo Chávez Olivarría, “El eterno enamorado”, sintió por su amada Esmeralda, un maniquí de inusual belleza , tez blanca, delgada y ojos de color verde.
Desde los ochenta y hasta finales de los noventa, el hombre originario de Cananea, Sonora, acudió al negocio “Novias Elegantes”, que hace más de 30 años estaba en bulevar Rodríguez casi esquina con Heriberto Aja, en la colonia Centro, en Hermosillo Sonora.
Gloria Moreno Noriega, de 72 años, quien en ese tiempo era la propietaria de la boutique, fue también testigo del amor, admiración y devoción que Arturo vivió por Esmeralda.
Entrevistada en el pasillo principal de la entrada a su hogar, sentada en una mecedora de madera, junto a una elegante chimenea y como parte de la decoración fotografías familiares, la señora Gloria recordó con nostalgia la vida de Arturo.
“Le decía (a Esmeralda) que iba a regresar por ella y que a las seis de la tarde iba a ir por ella, yo no sé si en ese momento ella murió o algo le recordó las seis de la tarde, iba a regresar por el maniquí”.
Explicó que una sobrina de Arturo es quien brevemente le habló de la tragedia de “El eterno enamorado” y de esta manera pudo comprender el porqué del apodo.
Fue un hombre por quien sintió afecto, compasión y admiración, enfatizó, después de todo, gracias a él su boutique “Novias Elegantes” logró fama y tuvo una publicidad que ella nunca hubiera podido pagar.
“La sobrina me dijo que era de Cananea y Esmeralda estaba muy próxima a casarse con él cuando ella se muere, unos ocho o diez días antes de la boda, la entierran con el vestido de novia y ésa es la imagen que él guardó”, relató.
“Yo imagino que era un amor muy grande”, consideró, “el señor se trastorna, empezó a tomar y al final se le quemaron las neuronas y allí estaba afuera de la tienda”.
Por lo regular, Arturo fue un novio tranquilo, a excepción de contadas ocasiones en las cuales en su desesperación por estar junto a Esmeralda quebró el cristal del aparador.
Además, le quiso pegar a su “suegra”, la dueña de la boutique, a quien confundía con la mamá de Esmeralda, recordó entre risas.
Arturo no entendía que era sólo un maniquí, le cantaba “El Reloj”, le tiraba besos y echaba agua al aparador para refrescarla en tiempo de calor.
Durante varios años Arturo fue atendido en el hospital siquiátrico “Cruz del Norte” donde se le diagnosticó esquizofrenia
“El eterno enamorado” ingresó con un cuadro secundario al consumo de alcohol y a través del tiempo se le diagnosticó esquizofrenia residual.
“Extraño mucho a ‘Esmeralda’, no me dejan ir a verla, yo les digo y no me hacen caso, ella es mi novia y quiero visitarla, quiero ir a verla a ver qué me dicen”, contó don Arturo Chávez sobre su sentimiento hacia la mujer que veía tras el aparador de la boutique, según la publicación del 23 de julio del año 2000 de la sección Metro de EL IMPARCIAL.
En los últimos años de su vida, Arturo se enfermaba con frecuencia y tuvo cáncer de lengua, padecimiento por el cual en el 2003 ingresó al Hospital General del Estado, donde por complicaciones presentó un paro cardiaco y falleció.
“El eterno enamorado” es la historia de amor que cautivó a la gente y medios de comunicación locales, nacionales e internacionales que dieron cuenta de este romance, el cual inspiró una pieza musical del cantautor Ricardo Ceratto, poesías y hasta un mural en el Centro Histórico de Hermosillo Sonora.
Joan Manuel Serrat también quedó impactado con la historia, ya que él en los años setenta escribió “De cartón piedra”, relató el fotógrafo Tizoc Santibáñez.
Y esto lo supo ya que hace alrededor de 10 años a la llegada del cantautor al aeropuerto de Tijuana, procedente de Hermosillo, relató en una entrevista que le sorprendió que la historia del “eterno enamorado” coincidiera con la letra de una canción que él había escrito muchísimos años antes.
Así, por todo lo que esta historia inspiró, ni Esmeralda ni el amor que Arturo sintió por ella murieron. Son eternos, como su enamorado…
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